Encantada por el orden, limpieza y amabilidad de la gente de Cuenca, llegué a Guayaquil.
Son 3.30 a 4 horas de camino.
Pasaje: 8 dólares
Del clima seco y un poco frío de Cuenca, pasé a la humedad y calor de esta ciudad. De principio, en el terminal de Guayaquil algunas personas se acercaron a hablar o pedir dinero, los ignoré, investigué sobre los pasajes a mi próximo destino y pregunté por el Metrovía para ir a mi hostel, el Manso, en el malecón. Las guías de viaje recomiendan quedarse en el malecón y no en el centro, por la seguridad que este ofrece.
El Metrovía es como el Metropolitano de Lima, ósea siempre hay mucha gente, el pasaje cuesta 30 céntimos. La gente no es muy amable y menos con una persona que los molesta con su mochila. Al bajar de estación, me di cuenta que era la equivocada y estuve viendo el mapa, pensé caminar hasta que un chico muy amable se acercó para preguntarme si me podía ayudar y me dijo que no era buena idea caminar por ahí; me dio la ruta y los buses correctos y pude llegar a mi destino con facilidad. Siempre hay gente amable.
El malecón tiene varias atracciones, la estatua de Bolívar y San Martín, que es muy famosa en las postales de la ciudad, una ruleta para observar la cuidad, como the eye of London, un jardín japonés y al final de este está el barrio Las peñas, muy tranquilo, con bastante seguridad y muy típico de la zona, tiene 444 escalones ( no los conté, están numerados) y unos más para subir al faro, desde donde se puede ver una espectacular vista del atardecer en Guayaquil. No hay costo. En la subida, o bajada, hay tiendas, bares y restaurantes.
En la subida contigua hay un barrio, Santa Ana, con casas recuperadas de la época republicana. Pero están deshabitadas o hay algunos pocos restaurantes o bares. Me pareció como un barrio artificial, construido para los turistas. Al volver, me tomé una cerveza en el malecón, en el Bar Pilsener, la lata cuesta 1.50
¡Ah! Y cerca está la catedral, la iglesia San Francisco pero también el Parque de la iguanas, frente a la catedral. Es un parque con un montón de iguanas, a las que puedes alimentar, con su lechuguita, como si fueran palomas; hay un montón, ten cuidado con pisarlas. También en el malecón, recomiendo visitar el Museo de Antropología y de Arte Contemporáneo, es gratis, pero debes presentar DNI o pasaporte.
Guayaquil es una ciudad grande y tiene todos los problemas y peligros de una ciudad grande. Así que solo estuve una noche.
Olón
A poco menos de 4 horas desde Guayaquil. Tomar el bus en el terminal.
Pasaje: 6 dólares
Hostal La jungla, 18 dólares el día, es bieeeeeen básico. Se puede utilizar la cocina pero algunos huéspedes piensan que es su casa y dejan todo sucio.
Decidí evitar Salinas o Montañitas por su fama de fiestas y porque son demasiado famosas, una especie de Máncora en el Perú. Olón es un pueblo pequeño, me hizo recordar a Los Órganos, muy tranquilo y solo para venir y relajarte. La playa es larguísima y casi no hay gente en ella. Puedes subir al Santuario Blanca Estrella de Mar, abierto hasta las 5:30 de la tarde, desde ahí se tiene una vista linda de la amplitud del pueblo.
A 14 km de la carretera hay está la Cascada de Alex, a la que no llegué porque el Google maps indicaba otro destino que no existe. Mucha gente recomienda ir en bici, caminé unos 40 minutos, hasta que un señor me dijo que era más difícil de lo que pensaba y necesitaba una bici, caballo o moto. Desistí de mi visita y pasé el día en la playa. En el camino a las cataratas vi varias hosterías, esta parte del pueblo es muy tranquila y con chacras.
Vista de Olón desde el Santuario |
Las tunas
Yo pensaba que Olón era tranquilo pero Las tunas es demasiado tranquilo.
A 30 minutos desde Olón. Salir a la carretera y en cualquier esquina tomar los buses verdes
1.50 el pasaje
Alojamiento Wipe Out, 45 dólares, desayuno incluido.
Acá no hay mucho para hacer, pero es un sitio muy bueno para relajarse y no hacer nada. La playa tiene una extensión de 7 kilómetros que puedes recorrer al lado del mar, este es tranquilo y no es helado como el mar de Lima.
Las ofertas de hospedaje son pocas. Llegué a este hostel por Booking. Está frente al mar en donde tienen hamacas para pasar el día. Tiene un restaurante y puedes escuchar al mar desde tu habitación. Los cuartos son cómodos, con baño, toallas y agua caliente. En el pueblo hay pocos restaurantes y si entras a uno podrás ser la única cliente, es por esto que no es muy barato; una comida puede costarte 8 dólares, lo que en Cuenca podrías encontrar a 3. Recomendaría llevar comida o snacks desde los supermercados de Olón.
La playa está casi vacía y se puede recorrer con facilidad. Es un lindo sitio para descansar y relajarse.
Puerto López
20 minutos desde Las tunas. Salir a la carretera y tomar buses verdes.
75 centavos el pasaje
Alojamiento Alcazaba. 25 dólares
Es una de las ciudades principales de la costa ecuatoriana, es pequeña y de casas algo descuidadas. Vine por la fama de la playa más linda de Ecuador, es un parque o reserva natural, Los frailes.
Para llegar a Los frailes hay que ir al terminal, normalmente las mototaxis cobran 50 centavos pero al terminal pueden cobrar un dólar. Ahí tomas los buses que van a Jipijapa, cobran 50 centavos. Debes decir al cobrador que bajaras en Los frailes, son unos 10 minutos de viaje. Al llegar a la entrada tienes que registrarte con tu número de pasaporte o DNI, es gratis. Desde ahí son 3 kilómetros que puedes hacer en 40 minutos caminando o en 10 en mototaxi, estas cobran un dólar por persona.
La playa es linda y tranquila, muy bien cuidada. No puedes llevar alimentos ni cigarros, pero snacks y agua sí. Casi no hay olas y el agua es súper refrescante. Es una playa muy linda y visitada por muchos turistas. A las 4 cierran el parque y la gente se tiene que buscar otra playa. También puedes subir a su mirador.
Para volver haces lo mismo pero en mi caso había colectivos, los taxis amarillos también hacen colectivo, por un dólar te regresan al centro de Puerto López.
Las playas del puerto serían más linda si estuvieran más limpias. Mi hostel es tranquilo, limpio y cómodo; una familia es la dueña y son muy amables. Está a unos 10 minutos a pie desde el centro, está como en una loma, ideal para huir de un tsunami, el barrio es como un pueblo joven pero parece seguro y es fácil de llegar. Hay varios hoteles que están por la carretera o frente al mar, pero desde la terraza de este hay un lindo atardecer.
La comida se basa en pescados y mariscos. Tienen una versión diferente del ceviche, lo cocinan antes y luego lo hacen con el limón, agregan pedacitos de tomate y cebolla, es una especie de sopa en jugo de limón y, supongo, agua de la cocción del pescado, personalmente me quedo con su pescado al ajillo.
Acá se acaba mi visita por la Costa. El siguiente destino es Zumbahua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario